Há dias assim. Hoje demos um pulo até ao Porto e ainda mal o carro iniciava viagem, já a notícia da morte de Günter Grass chegava. No final do dia, quando iniciávamos o regresso, soubemos que Eduardo Galeano tinha morrido. Há dias assim. Em que parece que o céu não pode esperar.
De imediato, a cabeça encheu-se de sonhos. Dos sonhos de Helena. O sublime livro que Eduardo Galeano escreveu e Isidro Ferrer ilustrou.
O livro é dedicado a Helena, sua mulher. Porque é dos sonhos dela que fala. Em jeito de explicação, Galeano diz: "Helena me humilla cada mañana, a la hora del desayuno, contándome sus sueños prodigiosos. Ella entra en la noche como en un cine, y cada noche un sueño nuevo la espera. Mientras ella cuenta, yo bebo mi café en silencio. Más me valle callar. Los pocos sueños míos que consigo recordar son de una bochornosa estupidez. Para vengarme, escribo los sueños que ella vuela.
Alguien le había dicho que los astros se mueven, y a veces se caen, y que el cielo va cambiando de color mientras la noche anda.
Aquella noche, noche de la revelación de la noche, Helena miraba sin parpadear.
Le dolía el pescuezo, lo dolían los ojos, y se estrujaba los párpados y volvía a mirar.
Y miró y miró y siguió mirando, y el cielo no cambiaba y la luna y las estrellas continuaban quietas en su sitio.
Le despertaron las luces del amanecer. Helena lagrimeó.
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